Adiós y Hola
Eran cientos, miles de hinchas llegando, los arequipeños queríamos estar todos presentes, para esta, la ultima celebración del año, sabíamos por ende que una rotunda victoria aguardaba dentro del elefante blanco, el Monumental Estadio de la UNSA.
Gritos, alaridos, vendedores, chicas guapas y no tan guapas, padres e hijos, familias enteras, vestidas de rojo y negro hacían su ingreso por tribuna sur, occidente y oriente; la norte copada de hinchas aliancistas, que al final se retiraron resignados, esperando la siguiente campaña de su equipo.
Las tribunas ya mencionas que estaban repletas de hinchas melgarianos, emocionados, coreaban las barras del León del Sur, y las olas no se hacían esperar.
Durante el partido, el primer gol anotado por Cuesta fue la causa deque muchos hinchas incluyéndome quedáramos sin aliento, con la garganta irritada de tanto gritar, pero la euforia continuaba.
Las vendedoras de sanguches y gaseosas hicieron su agosto y esto pude comprobarlo al terminar el primer tiempo, cuando me dirigí hacia ella para pagar, tomar algo de comida y bebida y regresar rápidamente a mi lugar, que aunque de pie, era extraordinario.
Ya en el segundo tiempo y con la expulsión de un aliancista, en un gol cantadito a DiCosmo, el Melgar rugió y se hizo sentir, en eso DiCosmo que no quería quedarse con las ganas, desbordo por la derecha y tras un excelente centro al área chica, dejo solo a Cuesta quien no dudo y como diría mi gran amigo, no fue un cabezazo variopinto pero fue efectivo. La emoción no cabía en mi y dos de mis amigos, mientras el otro con el corazón rojinegro parecía "perecer", y eso de todas maneras me angustiaba.
Como decía la nota anterior, erupciono el Misti y con él, todos los Arequipeños...
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